De red en red

Meses después del huracán María, miles de personas en las zonas rurales de Puerto Rico todavía carecían de electricidad. En colaboración con las comunidades locales, los investigadores de UW han trabajado para restablecer su electricidad.

Desplazar hacia abajo

La sólida casa construida en una ladera de Jayuya, un municipio rural en las montañas de la zona central de Puerto Rico, no ha estado conectada a la red de electricidad por seis meses. Alguien en su interior padece de apnea del sueño, y su familia ha dependido de un generador ruidoso, y de la gasolina que consume, para proporcionar energía eléctrica a la máquina que él necesita cada noche.

Afuera, bajo la sonrisa delgada de una media luna, cuatro ingenieros de la Universidad de Washington finalizan su trabajo. Pronto, una nueva nanorred solar con batería proporcionará energía eléctrica a la máquina auxiliar para el sueño: sin gasolina, sin gases ni cacofonía.

Los estudiantes de doctorado, Mareldi Ahumada y Wesley Tatum, instalan cuatro paneles solares flexibles al techo con una soga amarilla. Anya Raj, universitaria graduada en 2017, mete cables de los paneles en el techo a través de un agujero, mientras que el estudiante universitario de segundo año, Hugo Pontes, alumbra a Raj con su teléfono inteligente para que pueda trabajar.

El equipo conecta los paneles a una batería en el interior de la casa que se cargará con el sol de mañana. Terminan justo cuando aparecen los mosquitos.

El camino de la tormenta ON OFF
Puerto Rico map

Arribo al centro de los daños

Ahumada, Tatum, Raj y Pontes son parte de un equipo de científicos de salud pública e ingenieros de UW que están evaluando el impacto a largo plazo de la pérdida de electricidad en los residentes de Puerto Rico.

Durante cuatro días a finales de marzo de 2018, los investigadores entrecruzaron esta región de 101 kilómetros cuadrados (39 millas cuadradas) en caminos de fuertes altibajos de un solo carril, algunos de los cuales se estrecharon mucho desde que el huracán María golpeó el territorio estadounidense el septiembre pasado. Jayuya es el hogar de 17,000 personas, y allí se encuentran los picos más altos de Puerto Rico.

Lilo Pozzo

Lilo Pozzo enseña a Juan como usar un nanorred que le proporcionará electricidad al refrigerador de su mamá.

Marvi Matos and the UW team

Marvi Matos (en el centro) presenta el horario del día siguiente al equipo de UW.

A UW team member sitting

Un miembro del equipo del UW descansa después de haber entrevistado a una familia en Jayuya.

Mareldi Ahumada Parás installing solar panel

Mareldi Ahumada Parás ayuda instalar un nanorred solar con batería que fue donado.

El equipo visitó hogares y centros comunitarios, y entrevistó a docenas de cuidadores y residentes que usan dispositivos médicos electrónicos, como parte de un estudio de campo a largo plazo sobre el impacto de la pérdida de electricidad en la salud pública. También donaron e instalaron 17 sistemas de nanorred solar con baterías, prototipos de una infraestructura de energía limpia y sostenible, que pueden mantener a flote la salud pública en las zonas rurales cuando fallan las redes de suministro eléctrico.

Su trabajo es financiado por el Clean Energy Institute [Instituto de Energía Limpia] y el Global Innovation Fund [Fondo para la Innovación Mundial] de UW, y está alineado con la Population Health Initiative [Iniciativa de Salud Poblacional], una labor de toda la Universidad para eliminar las desigualdades en el campo de la salud por todo el mundo. Como es el caso en muchas catástrofes naturales, el huracán María tuvo un efecto desproporcionado en las personas de más bajos recursos: las familias tanto de ingresos bajos como de ingresos fijos, los ancianos, los enfermos y los residentes rurales de lugares como Jayuya.

Miles de personas han permanecido desconectadas de la red de suministro eléctrico desde que María azotó la zona. El equipo de UW espera que las lecciones aprendidas de la tormenta ayuden a los ingenieros a diseñar mejores microrredes, como los prototipos que han instalado, para una infraestructura que satisfaga las necesidades de las comunidades más vulnerables.

Una de las lecciones que el equipo ha aprendido en los dos viajes aquí, es que los defectos de la infraestructura actual han dejado cicatrices más profundas que los postes de luz tirados y las casas que están a oscuras.

“Es un sufrimiento invisible”, comenta Lilo Pozzo, profesora asociada de ingeniería química, que ha dirigido ambos viajes. “No sabe uno cómo está la situación sino hasta que entra en los hogares y ve exactamente cómo está sobreviviendo la gente”.

Comunidad de Jayuya /

Alejandro De Jesús Quiles

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Se sienta al lado de la cama ajustable de su esposa, que recibirá energía eléctrica de un nanorred instalado por la UW hasta que su casa en Jayuya se reconecta al red de suministro eléctrico de la isla.

Comunidad de Jayuya /

Ernesto Torres Rodriguez

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Un nanorred donado por investigadores del UW tendrá la refrigeradora de su mama anciana funcionando por la primera vez en seis meses, lo cual ayudará con su dieta restringida y sus inyecciones diarias de insulina.

Descubriendo el daño oculto

Todavía es común ver las lonas azules de FEMA, pero muchos de los signos manifiestos del daño de la tormenta se han reparado: las personas han limpiado escombros, reemplazado ventanas y parchado techos. Pero los investigadores de UW han documentado un sinnúmero de ajustes “ocultos” que los residentes han hecho desde que perdieron la electricidad. Estos incluyen comer alimentos enlatados y en conserva, a pesar de su valor nutricional más bajo, o asistir diariamente al consultorio de un médico para obtener medicamentos refrigerados.

“Te adaptas porque no te queda otro remedio”, comenta Pozzo. “Pero nunca logras tener la vida normal que solías tener cuando tenías electricidad”.

Pozzo eligió a Jayuya para este estudio porque su esposa, Marvi Matos, una ingeniera química, creció allí. Como muchas de las personas con lazos familiares en Puerto Rico, la pareja envió suministros a la isla después del huracán. Pero, un mes después de María, apenas se había restablecido un 20 por ciento de la red de electricidad.

Pozzo y Matos concibieron la idea de usar sus conocimientos expertos para descubrir el impacto de la tormenta en la salud y la infraestructura energética. Pozzo reclutó colaboradores de la Facultad de Salud Pública y la Facultad de Ingeniería. Recibieron financiamiento para el estudio del Clean Energy Institute y del Global Innovation Fund, mientras que donaciones privadas cubrieron el costo de las nanorredes. Unos contactos en Jayuya las pusieron en comunicación con organizadores comunitarios y familias necesitadas.

“El impacto duradero de esta tormenta es que ha revelado los lugares vulnerables de Jayuya”, comenta María Pérez, una organizadora comunitaria local. “Nos mostró a las personas entre nosotros que no tenían ayuda, que estaban viviendo en condiciones inhumanas”.

Te adaptas porque no te queda otro remedio, pero nunca logras tener la vida normal que solías tener cuando tenías electricidad.
Community meeting in Jayuya

Residentes comparten sus dificultades y preocupaciones con el administrador municipal de Jayuya en una reunión comunitaria el 20 de marzo en la plaza central.

Jayuya electrical grid

Seis meses después de María, muchas áreas rurales como Jayuya permanecen desconectadas de la red de suministro eléctrico de la isla.

Roof covered in blue tarp

Una casa con un techo temporal en un valle de las lomas de Jayuya.

Yohan Min adjusting solar panel

Yohan Min ajusta un panel solar donado el otoño pasado por el equipo del UW.

Puerto Rican flag

Debido en parte a su topografía empinado, la mayoría de Jayuya permanece desconectada de las redes de suministro eléctrico de Puerto Rico.

Dedicados a un futuro sostenible

El equipo de UW realizó su primera visita en noviembre de 2017, para reunir datos y donar cuatro sistemas solares con baterías. Para el viaje en marzo, ampliaron sus objetivos al comprar y montar tres tipos de sistemas solares con baterías. El más pequeño de estos puede proporcionar energía eléctrica a un refrigerador miniatura para almacenar suministros médicos como insulina, mientras que el más grande puede alimentar dispositivos más complejos, como un concentrador de oxígeno o un refrigerador de tamaño normal.

“Queremos que estos sistemas sean sencillos para los pacientes y sus cuidadores”, indica Ahumada. “No tiene caso donar algo que no puedan usar fácilmente”.

Los investigadores también instalaron 11 registradores de datos en algunas de las nanorredes. Estos dispositivos registrarán información sobre el uso de la energía eléctrica, datos que se podrán descargar durante visitas futuras.

“Podemos agrupar la información de los registradores de datos con la que obtengamos de las entrevistas para diseñar microrredes todavía más eficaces”, comenta Chanaka Keerthisinghe, un investigador de posdoctorado en ingeniería eléctrica.

Los datos que los investigadores reunieron en marzo, los cuales deberían ofrecer pistas para que puedan ayudar a descubrir y abordar más necesidades, están en espera de análisis. El equipo está planificando otro viaje a Jayuya este verano. Los colaboradores en Jayuya esperan listos para ayudarlos en sus tareas.

Después de instalar la nanorred final, el equipo de UW pasó a un niño que jugaba frente a su casa, la cual carecía de electricidad. Llevaba puesto un disfraz de Capitán América y saludaba a los autos que pasaban. Una casa cercana tenía a la vista la bandera de la isla con un mensaje escrito a mano: Puerto Rico se levanta.

Puerto Rico rises.

El día 14 de agosto de 2018, la Autoridad de Energía Eléctrica anuncio que los esfuerzos de restauración de electricidad por toda la isla de Puerto Rico se han cumplido. Pero el trabajo del equipo de UW continúa, para establecer una infraestructura de electricidad que satisfaga las necesidades de las comunidades más vulnerables; incluso cuando los desastres naturales golpeen.

  • Chanaka Keerthisinghe

    Investigador Postdoctoral, Ingeniería Eléctrica

  • Mareldi Ahumada Parás, ‘22

    Ciudad natal : Ciudad de México, México

  • Hugo Pontes, ‘20

    Ciudad natal : Río de Janeiro, Brasil

  • Lilo Pozzo

    Profesora Asociada, Ingeniería Química y el Instituto de Energía Limpia

Colaboradores de UW

Dan Schwartz, Director del Instituto de Energía Limpia y Profesor de Ingeniería Química
Charbel El Bcheraoui, Profesor Adjunto de Salud Mundial en el Instituto de Evaluación y Métrica de la Salud
Yougjun Choe, Profesor Adjunto de Ingeniería Industrial y en Sistemas
Daniel Kirschen, Profesor de Ingeniería Eléctrica
Jessica Kaminsky, Profesora Adjunta de Ingeniería Civil y Ambiental

Publicación original Mayo de 2018

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